Los ocho paneles de azulejos sobre Sevilla en la Plaza de España.

Sevilla no tiene banco en la Plaza de España, pero a cambio la ciudad aparece representada a través de ocho murales o paneles de azulejos donde se representan escenas de temática local y que vamos a conocer a continuación. No son cuatro como aparecen en la mayor parte de los artículos dedicados al tema, son ocho. Cada tramo de bancos provinciales comienza y acaba con uno de estos murales cerámicos dedicados a Sevilla.

Sevilla fue la anfitriona de la Exposición Iberoamericana en 1929 y la Plaza de España fue el edificio más emblemático del acontecimiento. El perímetro de la plaza está ocupado por 48 bancos, uno por cada provincia española pero hay varias excepciones. La primera es Canarias, que a pesar de tener dos provincias, aparece representada con un banco único. El motivo es que cuando la Comunidad Canaria se divide en dos provincias en 1927, la Plaza de España estaba ya muy avanzada y la distribución y número de bancos se mantuvo tal y como estaba previsto en el diseño original.

Algo similar ocurre con Ceuta y Melilla y la ausencia de banco dedicado a ellas. Para saber sobre esta excepción te recomiendo leer este breve artículo sobre el tema (pulsa aquí).

Otra excepción la encontramos en el banco de Pamplona. Como sabemos, estos bancos provinciales están ordenados alfabéticamente, sin embargo Pamplona no aparece en el lugar que le corresponde. Originalmente el banco estaba dedicado a Navarra y por ello aparece entre Murcia y Orense, lugar que le correspondería al comenzar por "N".

La cuarta excepción es Sevilla, la provincia anfitriona, que no cuenta con banco alguno. La representación de la ciudad aparece en ocho murales de azulejos, dos por cada uno de los cuatro tramos de bancos de la plaza. Esa distribución se repite en cada uno de los cuatro tramos, dando como resultado 48 bancos, divididos en cuatro tramos de doce bancos cada uno y cada tramo comienza y finaliza con un panel con alguna escena representativa de la ciudad de Sevilla.

Centrémonos en estos ocho paneles de azulejos alusivos a Sevilla. El conjunto de los 48 bancos provinciales comienza y termina con dos paneles dedicados a la ciudad y en concreto a la temática taurina. En el primero vemos una escena con toros en el campo, mientras en el último podemos ver al toro en la plaza de la Real Maestranza.

De los ocho murales dedicados a Sevilla, cuatro de ellos están dedicados a las fiestas de la ciudad, en concreto son: Semana Santa, Feria de Abril, Rocío y Cruces de Mayo.

El dedicado a la Semana Santa representa al Cristo de la Expiración de Triana, conocido popularmente como "El Cachorro".

La Feria de Abril no podía faltar, consolidada ya en la década de los años veinte en uno de los grandes acontecimientos de Sevilla. Aparece la faceta más ganadera de la celebración, con una serie de personajes vestidos a la manera tradicional, rodeados del ganado y con la catedral y la Giralda de fondo. No podemos olvidar que la Feria de Abril se celebraba justo al lado de la Plaza de España, en el Prado de San Sebastián.

Otro de los murales nos recuerda la romería de El Rocío, que aunque se celebra en la actual provincia de Huelva, siglos atrás fue parte del Reino de Sevilla y desde la capital hispalense peregrinaba desde el siglo XIX la hermandad filial de Triana (única que lo hacía en la capital cuando se construía la Plaza de España), que es la que aparece representada en los azulejos. Podemos ver varias carretas de bueyes, público y caballistas por una de las calles del barrio.

El último panel de azulejos que hace referencia a las fiestas de Sevilla es el de las cruces de mayo, celebración con altos y bajos en cuanto a popularidad y actualmente casi extinguida en la ciudad. En este panel podemos ver una cruz en un patio de la ciudad, algo que tiempo atrás era habitual en casas de vecinos y casas con patio donde se homenajeaba a la cruz durante su festividad en el mes de mayo.

Las otras dos escenas que podemos contemplar en los paneles cerámicos son las reproducciones de dos obras del pintor Gonzalo Bilbao. Una de ellas es "El baile de los seises", la otra es la obra más reconocida del artista, "Las Cigarreras".

Cada uno de estos paneles cerámicos recuerdan en su forma y estilo a los 48 bancos provinciales que encontramos en la plaza. La principal diferencia es que no tienen el banco en forma de "U" donde poder sentarse como el resto. Si los bancos provinciales cuentan con un mapa de la provincia en el suelo, en el centro de la "U", en el caso de los murales que representan a Sevilla, seis de ellos también tienen un mapa o plano. Dos de ellos son de la capital hispalense con sus principales monumentos (la Sevilla monumental); otros dos son mapas de la provincia alusivos a la Sevilla agrícola; otro dedicado a la Sevilla ganadera y otro dedicado a la Sevilla romana; donde vemos representados lugares de la provincia donde encontramos restos romanos y también los principales castillos medievales.

Los otros dos paneles de azulejos, en concreto los dos centrales, a ambos lados del edificio principal (Capitanía General), no tienen mapa, sino una pequeña fuente decorativa también realizada en cerámica.

La Plaza de España se concibió como imagen de Sevilla y de España de cara al mundo, por lo que estos paneles de azulejos alusivos a la ciudad querían mostrar los diferentes aspectos más representativos de sí misma como eran sus fiestas, sus monumentos y las bases de su economía. El monumento no es solo un amplio espacio estéticamente maravilloso, fue la carta de presentación de una Sevilla que quiso volver a colocarse en el mapa tras dos siglos de declive y de alguna forma lo consiguió. Actualmente, a pesar de ser uno de los monumentos más recientes de la ciudad y no contar aún ni con un siglo de historia, se ha convertido sin duda alguna en una de las imágenes más emblemáticas y representativas de Sevilla.