Lorenzo Mercadante de Bretaña y los orígenes de la imaginería sevillana.

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Hoy dedicamos el artículo a un artista de origen francés como es Lorenzo Mercadante de Bretaña, que a pesar de ser extranjero, marca el inicio de un recorrido de producción artística que abarcará varios siglos y que dará como resultado la escuela sevillana de imaginería, con características y personalidad propias, que la distinguirán de otras escuelas artísticas españolas.

La imaginería sevillana es no solo uno de los aspectos más destacables del arte local, sino que también es de los temas más importantes del arte español, especialmente durante el Barroco, donde la escuela sevillana de imaginería tendrá su máximo esplendor.

El creciente florecimiento de Sevilla durante el siglo XV, así como el paulatino desarrollo de su puerto fluvial y por tanto, su importancia comercial, harán que la ciudad hispalense comience a destacar a nivel nacional y europeo. Sevilla se va convirtiendo en un punto de enlace entre el comercio atlántico y mediterráneo, entre Flandes e Italia, entre la península y Canarias y desde finales de siglo entre Europa y América. Esto favorecerá el enriquecimiento de muchas familias, la proliferación de conventos, y toda una cadena que se traduce en una creciente demanda artística. Esta servirá de motivación a muchos artistas europeos para probar suerte en Sevilla y aquí jugaba un importante papel el desconocimiento local del arte europeo. La tradición de Sevilla era mudéjar, herencia cultural de siglos de presencia musulmana y la mayoría de artistas y artesanos vivían inmersos en la "tradición morisca". El contacto de nobles y comerciantes con el arte y los artistas europeos, despertarán la demanda de este "arte cristiano" tan desconocido aún en la ciudad. El ambiente era el más propicio para que los extranjeros llegaran, los locales gastaran, el arte europeo se asentara y el arte hispalense floreciera. Tampoco podemos olvidar, cómo Sevilla se convierte a finales del siglo XV en punto de llegada de influencias artísticas europeas y a la vez, punto de partida de estas hacia el Nuevo Mundo. Sevilla se convierte en puente cultural entre dos continentes, enviando arte europeo y recibiendo influencias de tierras americanas, algo que enriquecerá más aún la ciudad y sus expresiones artísticas.

Hasta llegar a Juan de Mesa o Martínez Montañés en Sevilla, Pedro de Mena en la escuela granadina o Gregorio Fernández en la castellana, el proceso de fue largo. Desarrollado durante doscientos años, con diferentes influencias tanto del arte centroeuropeo como del italiano, las diferentes escuelas artísticas vivirán un aprendizaje y desarrollo, que alcanzará un grado de calidad y perfección que es digno de resaltar. Nos centraremos en el origen de la escuela de imaginería sevillana y en un nombre: Lorenzo Mercadante de Bretaña.

La historia comienza en la catedral de Sevilla, el mayor templo gótico del mundo, que comienza a levantarse a partir de 1433 y que abarcará hasta comienzos del siglo XVI, cuando las ultimas estancias se harán ya en estilo renacentista.

Después de casi doscientos años utilizando el edificio de la mezquita mayor como catedral, el deterioro del mismo requería ya de una profunda restauración, especialmente tras el terremoto de 1356. Era el momento de plantearse si restaurar o derribar lo existente y levantar un nuevo edificio, ya al más puro estilo cristiano y eso fue lo que se decidió. El nuevo templo se haría a la moda del momento, en el estilo que triunfaba en Europa, que no era otro que el gótico. Sevilla se enfrentaba aquí a un problema, la ausencia de artistas locales conocedores del arte cristiano medieval. Esto hará que sean llamados a trabajar al templo metropolitano hispalense artistas procedentes de centroeuropa, algunos de ellos con experiencia en otras construcciones castellanas como la catedral de Burgos.

Centrándonos en la escultura, el primer artista destacado fue Mercadante de Bretaña, del cual hay constancia de su presencia en Sevilla desde 1454. Será requerido por la catedral para realizar un sepulcro para el fallecido Cardenal Cervantes en 1458.

La tumba se encuentra en la capilla de San Hermenegildo, está realizado en alabastro y es una de las piezas artísticas más relevantes de la catedral. Nos muestra al personaje yacente, vestido con el atuendo de las grandes ocasiones y una serie de ángeles que custodian el escudo de armas familiar. Mercadante firmó su obra, quizás siendo consciente de que marcaría un antes y un después en el arte local.

Su obra fue de tal calidad e impactó tanto a los canónigos, que la decoración de las dos puertas ya terminadas del templo, las situadas a los pies del edificio, se las adjudicaran a él.

 

Portadas del Nacimiento y del Bautismo de la Catedral de Sevilla

Mercadante decorará las portadas del Bautismo y del Nacimiento y para ello tomó como aprendiz y ayudante a un artista local, Pedro Millán. Pedro se convertiría en el primer "imaginero" sevillano, formado en el arte europeo por su maestro francés.

La puerta del Bautismo da acceso a la nave del Evangelio; la del Nacimiento a la de la Epístola; mientras que la puerta principal, la de la Asunción, se decora a finales del siglo XIX y principios del XX.

Mercadante de Bretaña recibe el encargo por tanto, de realizar las dos portadas laterales de la fachada principal de la catedral en la década de 1460, dejando en Sevilla dos magníficas muestras del mejor gótico tardío francés.

Ambas portadas responden a una misma idea compositiva. En el tímpano aparece narrado el episodio princiapal, el Nacimiento de Cristo en una (representación más antigua conservada de este tema en la ciudad) y el Bautismo en otra. En las jambas, o lo que es lo mismo, a ambos lados de la puerta, seis esculturas en cada una de las portadas, tres a cada lado. Mercadante de Bretaña realiza por tanto para estas dos primeras puertas de la Catedral de Sevilla en ser decoradas, dos relieves principales y doce esculturas, todo realizado en barro cocido. La piedra utilizada para la construcción del templo, procedente principalmente de la Sierra de San Cristóbal en el entorno de El Puerto de Santa María, es de arenisca calcárea, poco apta para la escultura por su fragilidad y la dificultad de poder trabajarla y sacar detalles de calidad. Por eso la mayor parte de esculturas se realizan en barro, técnica bien conocida en la ciudad.

Las seis esculturas de bulto redondo que encontramos en las jambas de la Portada del Nacimiento son los cuatro evangelistas, San Laureano y San Hermenegildo. En la Portada del Bautismo podemos ver a las santas Justa y Rufina y a los llamados "cuatro santos de Cartagena", los cuatro hermanos San Leandro, San Isidoro (ambos arzobispos de Sevilla), San Fulgencio y Santa Florentina.

En las arquivoltas de ambas portadas aparecen pequeñas esculturas dentro de pequeños doseles, probablemente ya debidas a la mano de su discípulo Pedro Millán.

Otras obras de Mercadante de Bretaña en Sevilla

En la mayoría de las obras de Mercadante podemos apreciar una de las características más conocidas del gótico clásico francés. Nos referimos a la llamada "sonrisa gótica", recurso que comienza a aparecer en las principales catedrales de Francia desde el siglo XIII y que supone un cambio del arte medieval y sobrio hacia un estilo más amable, más naturalista y que conecta rápidamente con el fiel que las observa. La escultura gótica se acercaba así al espectador, provocando una mayor devoción, iniciando un camino hacia la búsqueda de realidad, la preocupación por reflejar en los rostros detalles individuales, dando mayor personalidad a las esculturas y emprendiendo un largo camino que desembocaría tiempo después en el Renacimiento.

Antes de concluir me gustaría citar otras dos obras de Mercadante conservadas en Sevilla. Por un lado destacar la imagen de San Miguel Arcángel, conservada actualmente en el Ayuntamiento de Sanlúcar la Mayor. Realizada igualmente en barro cocido. Es una representación de magnífica calidad, a pesar de conservarse con algunas mutilaciones. San Miguel aparece vestido con capa y armadura pisando al dragón, símbolo de Satanás y de acuerdo con la tradición iconográfica medieval. Otra imagen del Arcángel San Miguel realizada por Mercadante de Bretaña, se conserva en el Museo Nacional de Cataluña, procedente de Fregenal de la Sierra.

Finalizamos con una dulce imagen de la Virgen con Niño conservada en el Museo de Bellas Artes de Sevilla y procedente del Monasterio de la Cartuja. Fechada en la segunda mitad del siglo XV, nos muestra las principales características del gótico final característico de Mercadante de Bretaña. Vemos rostros dulces, posición y tratamiento del cabello y de las telas donde se aprecia el naturalismo que precede al Renacimiento.

Las características estilísticas de Mercadante y la calidad de sus obras, tendrán continuidad en su discípulo Pedro Millán, al cual podríamos considerar como el primer escultor e imaginero local. Este artista servirá de enlace entre las influencias traídas de Europa por Mercadante de Bretaña y los artistas locales. Se iniciaba así la andadura de la escuela sevillana de imaginería religiosa, que alcanzará su momento de mayor esplendor durante el siglo XVII y los grandes nombres de la escultura barroca en Sevilla.

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